Primeros pasos; el doyang y el respeto.
- B. Cárdenas
- 26 sept 2019
- 4 Min. de lectura
Si anteriormente hicimos la primera toma de contacto con el concepto 'hapkido', hoy toca aprender qué es un doyang y cuáles son sus elementos fundamentales.

El doyang es el nombre que recibe el lugar de entrenamiento, tradicionalmente significa 'zona del despertar'.
Dentro del doyang está el tatami, el tapiz alcolchado en el suelo.
No debemos confundir doyang con el concepto 'kukkite' que representa la zona principal del lugar de entrenamiento.Los saludos se realizan mirando hacia esta zona.
Aquí es donde solemos encontrar dos símbolos muy importantes:
La bandera. En la fotografía se diferencia la de Andalucía y la de España, por ser nuestra comunidad autónoma y nuestro país, y la de Corea, por ser el origen de la disciplina marcial que practicamos. Más adelante en la web dedicaré un post para que analicemos la bandera coreana y los elementos que la forman.
Las imágenes de los maestros. Normalmente, en el doyang encontramos fotografías del maestro o maestra que te esté enseñando (en mi caso es un maestro) y de los maestros de tu maestro. Tenerlos en el kukkite es la forma de mostrar respeto hacia ellos; al saludar en la dirección en la que están sus imágenes no sólo estás agradeciendo a tu maestro su esfuerzo y los conocimientos que te transmite en esa clase, sino que agradeces también el trabajo y la dedicación que han puesto sus maestros en enseñarle a él los conocimientos que tú estás adquiriendo.

Una vez visto esto, te habrás dado cuenta de que en las artes marciales y concretamente en el hapkido hay una carga grande de respeto ya sea hacia el doyang o hacia tu maestro o maestra. Sin embargo, el respeto no se queda en esos dos casos, y es lo que vamos a ver a continuación a través del saludo.
Esto es básico en el hapkido, es la forma más clara y directa de mostrar respeto y agradecimiento.
Saludamos a través de una 'reverencia' que en algunas ocasiones se hace de pie y en otras de rodillas.
Los momentos para saludar son muy variados, pero los básicos son al ir a pisar el tatami para entrar o salir de la zona del doyang, en los que debemos hacer el saludo hacia los símbolos, al acabar de escuchar una explicación de tu maestro, al empezar y terminar de hacer una técnica, a la hora de recibir o pasar el material que necesitemos para trabajar, como las armas y, por supuesto, en el momento de saludo inicial y final de la clase.
En el doyang hay normas o pautas que pueden variar de una escuela a otra, pero en general, hay puntos en común que me gusta englobar en cuatro categorías.
CUIDADO PERSONAL; llevar a cabo una alimentación e higiene adecuadas, cuidarte tanto mental como físicamente, mantener tu dobok (uniforme) limpio.
CUIDADO DEL DOYANG, a través de cuidar todos los elementos que forman parte de él, mantenerlo limpio y colaborar en lo que esté en nuestra mano para poder mantenerlo en buenas condiciones.
RESPETO A TUS COMPAÑEROS; realizar los saludos correspondientes, atender a los estudiantes con un grado superior al tuyo y mostrar respeto hacia ellos. Cuando el maestro no está, el cinturón más alto de la clase es quien manda, por lo que debemos respetarle y hacerle caso en sus explicaciones hasta que el maestro vuelva. También hay que ayudar a los cinturones más bajos que tú a mejorar. Para mí, la regla más importante es cuidar al compañero. Para un buen estudiante el compañero es importantísimo ya que es quien nos permite avanzar y mejorar nuestros conocimientos. Si actuamos sin cuidado, no somos pacientes a la hora de trabajar con un compañero que lleve poco tiempo o no respetamos el 'palmeo', señal en el que el compañero marca que una técnica le duele a través de golpear su palma de la mano contra el tatami o él mismo, podríamos lesionarlo y eso supondría que no podría venir a entrenar al día siguiente o no podría entrenar con normalidad. Eso no sólo afecta al avance del compañero sino que también nos perjudica a nosotros; ese día nos quedaremos sin aprender de él y perderemos conocimientos.
RESPETO A TU MAESTRO; escuchar con atención lo que te explica, realizar los saludos, nunca faltarle al respeto, hablar de él a sus espaldas o criticarlo ante otras personas, llevar al corriente el pago de las cuotas, y, la más importante para mí, comprender que es un ser humano igual que tú, que ser maestro no es sinónimo de ser infalible y existe la posibilidad de que se equivoque en alguna técnica u olvide el nombre de otra. Quizá alguna vez te diga 'no tengo claro cómo se hace esto' o 'no sé'. Como ya vimos en el post anterior, nunca dejas de aprender un arte marcial y los maestros no son una excepción, también ellos continúan aprendiendo de quienes les enseñaron. Estas cosas no los convierten en malos maestros, hay que recordar que aunque esto suceda, lleva muchos más años que tú practicando y está dispuesto a enseñarte todo lo que sabe. Sé agradecido.
Por último, hay que saber que el hapkido es un arte marcial que no busca la violencia. Nunca debemos hacer un mal uso de él. Debemos entender que tiene como premisa evitar los conflictos pero si la situación te obliga, te enseñará cómo defenderte de manera efectiva.
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